lunes, 22 de diciembre de 2008

ESTE, MI MUNDO (Carta privada)








Amor, espero, el inicio del día sea placentero, que la sonrisa que te
deparan el Sol y las flores de tu jardín sea como un beso de mujer
amada que complace tus más íntimos deseos.

Imagino un día que se va desnudando delante de ti desplegando los
tenues velos que lo cubrían en el amanecer como banderolas que danzan
ante tus ojos con unos movimientos furtivos que se acercan suavemente
para besarte con unos labios que arden en ese contacto, con unas
ansias que queman, hoguera que crepita en una mente febril de imágenes
vívidas donde ya se ha gestado un mundo en el que los protagonistas
son el deseo, la poesía, la lujuria, el desvarío, para mecer la vida
que se agita en tu interior al goce de unas palabras que cosquillean y
ahogan deliciosamente.

Con el pecho henchido por gritar mis sueños me quedo reclinada en la
posibilidad de decir solo en poemas esotéricos, decir, repito, que
dentro de mi vive el demonio, una bestia que nació aferrada a mi en el
mismo instante que mi razón se abría y me permitía entender que había
almas afines con las que podía hablar en un lenguaje que no lo
permitía mi vida ordinaria.

A veces creo ver momentos de vidas pasadas donde mi mundo era la
sensualidad total, mi cuerpo, mis palabras, mi entorno, mis deseos,
todos sometidos a la vorágine de un erotismo sublime, viviendo sin
épocas, sin modas, existiendo plenamente en Eros, siendo yo misma él.

Nudos en mi garganta, plexos encabritados, unos buscando la caída,
queriendo correr como río que baja correteando de la montaña; otros,
buscando alcanzar el cielo como un fuego que arde sereno en una línea
azul que se alza como espada fálica para rasgar los cortinajes que
cubren el paisaje que me muestre la dicha de las almas exaltadas. Allí
enfrentados, dentro de mi, el cielo y el infiero, mi ángel y mi
demonio, hermanos siameses que no quieren ceder espacios el uno al
otro. En ese Universo se debate mi ser, y cuando encuentra la afinidad
siento el espoleo que esos dos hacen a mi Vida y pienso que es un
regalo que hacen los
dioses a mis renunciamientos de siempre.

He ahí un alma al desnudo, una que nunca podrá entregar la Vida en
manos de la Parca sin decir que en todo momento a cabalgado en la
saciedad de su mundo interno.

Siempre tuya.

Ana Lucía Montoya R
Diciembre 2008

ESTE, MI MUNDO (Carta privada)Amor, espero, el inicio del día sea placentero, que la sonrisa que tedeparan el Sol y las flores de tu jardín sea como un beso de mujeramada que complace tus más íntimos deseos.Imagino un día que se va desnudando delante de ti desplegando lostenues velos que lo cubrían en el amanecer como banderolas que danzanante tus ojos con unos movimientos furtivos que se acercan suavementepara besarte con unos labios que arden en ese contacto, con unasansias que queman, hoguera que crepita en una mente febril de imágenesvívidas donde ya se ha gestado un mundo en el que los protagonistasson el deseo, la poesía, la lujuria, el desvarío, para mecer la vidaque se agita en tu interior al goce de unas palabras que cosquillean yahogan deliciosamente.Con el pecho henchido por gritar mis sueños me quedo reclinada en laposibilidad de decir solo en poemas esotéricos, decir, repito, quedentro de mi vive el demonio, una bestia que nació aferrada a mi en elmismo instante que mi razón se abría y me permitía entender que habíaalmas afines con las que podía hablar en un lenguaje que no lopermitía mi vida ordinaria.A veces creo ver momentos de vidas pasadas donde mi mundo era lasensualidad total, mi cuerpo, mis palabras, mi entorno, mis deseos,todos sometidos a la vorágine de un erotismo sublime, viviendo sinépocas, sin modas, existiendo plenamente en Eros, siendo yo misma él.Nudos en mi garganta, plexos encabritados, unos buscando la caída,queriendo correr como río que baja correteando de la montaña; otros,buscando alcanzar el cielo como un fuego que arde sereno en una líneaazul que se alza como espada fálica para rasgar los cortinajes quecubren el paisaje que me muestre la dicha de las almas exaltadas. Allíenfrentados, dentro de mi, el cielo y el infiero, mi ángel y midemonio, hermanos siameses que no quieren ceder espacios el uno alotro. En ese Universo se debate mi ser, y cuando encuentra la afinidadsiento el espoleo que esos dos hacen a mi Vida y pienso que es unregalo que hacen losdioses a mis renunciamientos de siempre.He ahí un alma al desnudo, una que nunca podrá entregar la Vida enmanos de la Parca sin decir que en todo momento a cabalgado en lasaciedad de su mundo interno.Siempre tuya.Ana Lucía Monotya RDiciembre 2008

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