martes, 31 de marzo de 2009

LA TEJEDORA

Carta No. XZ-01


Mi querido señor,
Hoy es una tibia noche de la que me aprovecharé para tejer lujuria.

Van nuestras manos locas buscando qué hacer, las yemas ardiendo, calcinadas.

Mi mente ociosa imagina unos dedos que van marcando los contornos de dos rostros, toda entera la anatomía de ambos cuerpos. Cada uno calcado en el otro, cada uno convertido en una y única línea continua que quiere perderse, confundirse con el reflejo de la Luna. Arde la respiración, quema en el pecho, en la espalda, en el bajo vientre. Entrepiernas anhelantes cocinan lo que se gesta en una imaginación que había estado reprimida en una espera razonada, razonable, angustiosamente aceptada. Siempre anteponiendo la lógica, la fórmula, el exacto resultado, pues habíamos olvidado que algunas operaciones no son perfectas y tienen residuo.

Y seguimos…
Si, seguir en un bosque de imperceptibles suspiros y dulces jadeos…
La misma habitación, cerca de la playa, ¿La recuerdas? Sí, allí mismo, a media luz. Luz, que borracha y enervada por la obligada espera, busca mirar y disfrutar el perfecto encuentro. Las rosas todas, de corolas amarillas en el mismo jarrón azul, con su carita agachada hacia nosotros, celosas coquetean sobre una pequeña mesa redonda cubierta por un mantelito de encaje. Se ven como mariposas a punto de vuelo igual que nuestra libido.
El lecho ansioso quiere de nuevo ser el archivo de faenas inmortales. Epopeyas que den origen a nuevas galaxias al momento de explosiones de nuevas nebulosas. El relatará apaciblemente a través de huellas de voces, de silencios, de besos, de… ¡Dichoso relator!
La felicidad tiene nombre propio de hombre y de mujer: nuestros nombres. Allí en ese campo, se junta la historia que viene desde la antigua pareja, allí están indelebles marcas de recuerdos inmortales. Allí, disponiendo de la libertad de sentires, de pensamientos… desinhibidos, entregados, sudorosos... Sí, allí, en ese mudo lecho, nos sorprenderá el amanecer en nuevos abrazos, nuevos sueños, nuevos nosotros, nuevos cruzados, renovados, nuevas gestas. Alelado el recién nacido día mira fisgón las huellas de un suceso.
Labios entreabiertos, respiración tenue que, de lo plácida, parece un mágico sueño de los muertos…
¡Cada uno de nosotros será un nuevo poema!

Ana Lucía Montoya Rendón

domingo, 29 de marzo de 2009

Domingo, 29 de marzo de 2009.

Buenos Aires


Ha pasado tanto tiempo desde la última carta. Tanto, que apenas puedo recordar cómo confeccionar una misiva.
Ya sé. Estarás riéndote del comentario -es como si te viera-pero es la verdad, mis dedos no recuerdan el cómo ni el porqué.
El intento lo haré igual; tanto vale el que sepas de mí como el mi alma se descubra ante tus ojos.
El tiempo pasó y sin embargo, es como si estuvieses aún aquí, como si tus latidos sonaran cerca.
¿Cuándo fue que decidiste irte? ¿qué te llevó a ese repentino exilio sin pedir permiso, sin avisar?
No importa. Lo importante es que sepas que crecí, que sigo aquí, que en mis manos guardo tu perfume y tu voz.
Volveré a escribir. Aún siento que puedo decirte tanto, como cuando te leía mis historias al dormir la siesta; como cuando te santiguabas de miedo ante mis letras.
Hasta luego abuela.
Te extraño desde ese 1988 que decidiste dormir eternamente , sin mis lecturas.

Liliana Varela

sábado, 28 de marzo de 2009

"añoranza"








Papá:

unas de las primeras palabras que balbuceamos al comenzar a hablar
¿será porque la escuchamos, o nos enseñaron, ¿quien se acuerda?
pero al paso de los años, ya con razonamiento. Yo te pregunto papá
alguna vez me añorastes,me imaginastes mujer, madre, me buscaste
me soñaste?
porque yo siempre te añoré, te imagine, te busqué y siempre soñé,
con tu presencia.
pero hoy ya sé que jamás podré mirarte a los ojos y decirte PAPÁ

INÉS MITROKA




viernes, 13 de marzo de 2009

¿DÓNDE ESTÁ LA RAZÓN?

(Carta No. ZX-2)

Mí querido señor:

No hay más música que tu voz y los poemas que creas, que inundan deliciosamente todo mi ser. Son notas musicales tus palabras que con profesionales arpegios me seducen y, es entonces cuando siento la imperiosa necesidad de danzar al compás de ellos.
Tus poemas sugerentes son la cuerda floja sobre la que ahora camino con extremado cuidado pues sé que un solo tono más alto logrará aventarme en tus brazos y si eso ocurre, mi querido y preferido poeta, ya no sabrá el mundo más de mí. Quedaré fundida en tu cuerpo, en tus emociones y mente. Querré poseer tu forma expresa de decir, respirar tu aire, ser el agua que te refresque, esa que bebes y se entera de lo que quieren tus más recónditas células.

Señor, si me has seducido en la distancia, no quiero pensar qué delirio me tome por su cuenta si por asalto te encuentran mis ojos, mi boca, mis manos, en fin, todo mi cuerpo. Todos los parajes de mi anatomía están muriendo de hambre y el bocado y la copa no llegan hasta mí para saciarme. Mis sueños se han convertido en una pesadilla y, aún así, no quiero despertar, pues aunque mis pies engullen leguas en un desierto que te convierte en espejismo, me contento con ello y a veces en esa locura onírica puedo tener algunos contactos que mis poros devoran.

¿Puedes imaginar qué ansiedades caminan por el laberinto de una pasión que se desboca?

A veces quiero zanjar mi piel para saber en qué parte se ha metido este demonio sensual; quiero saber qué me podría restablecer de este erotismo que convierte en espasmos lujuriosos por el placer de leer tus creaciones. Esa disección es necesaria pues por más que quiero guardar compostura cada vez mi cordura va más disipada y navega con frenesí en esa adorable demencia.

Necesito convalecer o, de una vez me llegue la muerte!
No me queda mucho tiempo, siento que me fallan las fuerzas si no logro encontrarte mi querido intangible.

Mi cordura ha huido y ahora dicen que la han visto vagando a orillas de infinito mar y que no quiere regresar al cautiverio de un Yo poseso.

¡Ven, tráela contigo!

Besos,

Tuya por siempre.

.


Ana Lucía Montoya R.

jueves, 12 de marzo de 2009

POEMA TRADUCIDO

Exaltas a “alguien” que está muy lejos de mí. Soy una brizna de cualidades junto a un gigantesco saco de defectos, solo eso soy. Me sonroja mirarme en tu texto. Es tan bello y tan sentido.

Esa traducción me compromete, e inquieta.

Estoy mirando por una respuesta digna para tu poema pero no me dejas margen, te explayas de tal manera que copas lo físico, lo emocional, mi mente y mi espíritu.
Cada párrafo es en sí perfecto y completo compendio de loas. Ceñido. Dejando develada mi anatomía. Mostrando los puntos más eróticos de mí ser en todos los planos. Es un bello traje que se ajusta a estimular vanidad. Mi vanidad, esa que no quiero reconocer y que obligas a emerger de lugares desconocidos, incitantes. Y tú allí, deslizando palabras por mi espalda, descorriendo el cierre de mi vestido, deslizando frases que se descuelgan por mis caderas, vagando frenéticas ora hacia mis ansiosos senos, ora hacia mi trémulo vientre. Posando como sierpe tu lengua por el lóbulo de mis orejas. Susurras palabras de lubricidad que se clavan como dagas de fuego en mi sensualidad. Corazones acelerados palpitan al compás marcial de una dicha que quiere fisgonear amantes. En cada tramo de tu escrito me has tendido y allí me veo yaciendo en tu lecho de frases amantes que me sugieren la dicha de todos los tiempos en un calor de entrepiernas cocinando los ensueños de la carne ardiente.
Has mimado tanto a esta mujer que ya nunca más sabrá de sí misma porque se entregó de lleno…!

Siempre tuya.

Ana Lucía Montoya R.

miércoles, 11 de marzo de 2009

Si quieres ser amado…

Es frecuente…
creer
que uno es…
lo que desea ser.

Pero uno no siempre es…
como deseas te quieran ver.

Un caballero…
tenga a no dinero…
siempre será un caballero.

Una dama…
aunque intente enturbiar su fama…
siempre será una dama.

Y un picante (1)
cursi y amanerado…
nunca será elegante…
aunque se haya doctorado.

No somos
lo que vestimos
o aparentamos.

Somos
lo que cuidamos
y realmente tenemos.

Somos
lo que amamos
y creemos.

Si quieres ser amado…
ama al hermano
derrotado…
Acaricia al anciano
olvidado…

Si quieres ser amado…
sólo ama
al que está a tu lado.



Humberto Silva Morelli
9 de febrero de 2009 .


(1) Chilenismo que se aplica a personas de bajo nivel cultural, que viste ropa cara y de mal gusto, aparentando un roce social que no posee.

viernes, 6 de marzo de 2009

Carta a mi hijo

HOY... Te aliento a que comiences tu viaje de sueños......
y a seguir soñando siempre.

Nunca olvides mirar el sol ocultándose en un atardecer... .
Te animo a que saborees el agridulce de la vida...
Nunca olvides levantar los ojos al cielo para agradecer a Dios ...,
sin que esto signifique tener algún credo.
La vida es amarse, respetarse, valorarse, comprenderse, sostenerse, re-enamorarse. .. siempre, mantener los principios sin dejarse endurecer por ellos.
Desde los primeros cimientos de tu vida, te he servido de apoyo tal vez de modelo, para la que hoy es tu esposa.
Te deseo que edifiquen juntos una familia y que a través de ella seas un hombre completo.
Si alguna vez tu mente no sabe dónde resguardarse, busca el corazón y las palabras de tus padres como una luz segura para iluminarte.
El matrimonio, hijo, es un largo camino de continua edificación cada uno de ustedes será una columna que sostiene la casa de tus sueños.
¡Hoy... brindamos todos por que sean felices...!
Brindo por ella deseando que esa ternura que ilumina su rostro se mantenga firme a los imprevistos de la vida.
Brindo por vos deseando que mantengas un amor fuerte y entero con la convicción noble de renuncia a esas libertades machistas y un anhelo siempre renovado de respetarla y entregarte a ella por completo.
Son los deseos de tu mamá, que te quiere como más no se puede querer .

Sos una razón para el mañana ...el apellido continuará...
Con vos logré tener sentido del humor que la madurez, la seguridad y el paso de los años no otorgan por sí solos .


Marga® con amor.

jueves, 5 de marzo de 2009

CARTA NO. XZY

DÍA GRIS

Hoy solo quiero dejarte unas cuantas frases que recogen algo de cómo
siento el ambiente La lobreguez de mi espacio interno me duele como
un holocausto. Tengo una profunda tristeza que me está arrancando con
saña lo poco que me queda de vida.

Esa nota que me enviaste me ha llegado como bálsamo, ojalá palie
completamente mi dolor. Repito estoy muy triste. Veo el día como si
fuera un canto fúnebre y como si me alistara para ir a mi sepelio.

Quiero poder ver con buena luz pero mi alma ciega a duras penas tantea
a cada paso.

Quiero imaginar a las rosas amarillas que me enviaste, convertidas en
anhelantes y sabias manos que puedan hablar y escribir en cada espacio
de un cuerpo que desea ser tu cuaderno de notas.

¡ Sí señor! No sabes cómo lo deseo.

Y tú, optimista, al que no hay que empujar, que siempre está dispuesto
a decir, a hacer... tu naturaleza como la mía adora las palabras y a
todos los vehículos que las promuevan. Nosotros hacemos prosa o verso
por que el día es gris o porque está brillante, porque salta la rana o
porque el pez se desliza como la legua sobre los senos o el vientre.
Estamos prestos al análisis serio, filosófico o matemático y aún así
vemos en esas fórmulas, asomada, a la sensualidad convertida en
Universos, en originaria nebulosa.

Así somos y nadie nos cambiará y nosotros...
¡Nosotros!
Nos estimulamos en los vuelos de ese mundo.
Así somos...
¡Nosotros!
¿Quién nos puede cambiar?
¡Nada ni nadie!
Está en nuestra esencia, somos ella misma.
Ojalá ella recoja este dolor…

Siempre Tuya.

Ana Lucía Montoya R.
Marzo 2009