domingo, 30 de diciembre de 2007

EN EL NOMBRE DE LA ROSA


Hay un sabor amargo entre las cosas. El mismo que se traba por la
lengua.
El mismo que recorre esta sangre contaminada de celos, cuando te
busco y son tus dedos que se enredan en otras pieles enigmáticas,
sospechas de un liquen venenoso, que va a terminar con tu vida o la
mía.

Las tragedias no son obras que se ven representadas en las operas, la
tragedia es ver con que ductilidad de reptil arañoso, te trepas por
sus caderas mimetizándote en pinceles, en anacondas, en las rosas…
sin espinas dices. (Tendría que acabar ahora mismo con Umberto Eco,
en el nombre de sus rosas, putez de un homenaje de donde te tomas
para dañarme)

¿Y de que es esta corona que se incrustan en mis ojos, que me espina
los labios, que se remata en la gota con su chispoteo rojo? Rapto de
las diez plagas en mi cuerpo, se tiñen todos mis ríos, de esta sangre
de mal, de angustia… porque se van Mis dedos-tus dedos en otro
cuerpo. Condenada va mi cerviz encorvada, no por vejez, es de dolor
que mi frente cuenta baldosas, busca tu nombre, una explicación
cualquiera.

Tan sola voy quedando con mi frío y vos apacible, tranquilo como si
nada, con esa cadencia en tus pies de pisar el xilofón bailando como
el pájaro venteveo.

Y esa sonrisa tan blanca que muestras tarareando de abajito con las
manos en los bolsillos,2Madre porque me hiciste tan lindo".

Contrapunto de la marcha fúnebre donde bailotean mis ojos en un
cerrar y cerrarlos para siempre.¡Quiero morirme ahora! Antes de ser
testigo que los dedos que me dieron vida hoy apuñalan mis entrañas
para hacer el moño al ramo traidor que ofreces a la otra, en el
nombre de la rosa.

Fanny G Jaretón

miércoles, 19 de diciembre de 2007

Presentación

Observo desde esta esquina como las manos del niño preludian el
ensayo de Bach y como su acierto y desacierto empujan a la cabeza en
un vaivén de resistencia, mientras las puntas de sus pies apresuran
al pedal ansía llegar a la perfección, y como él busco en este
teclado el menudeo de una música que repercuta en el ser yo. ¿Quién
soy? Como es imposible saberlo lo llamamos "yo". Es ¿Es que lo soy?
¿o Soy el yo?
Y como un mal-bien congénito náufraga de mis cosas, ante cada
situación me zambullo en una infinita sensación del Ser. Pero no
estoy sola, por lo tanto lo que se interrelaciona no puede dejar de
ser. No sólo me pasa en lo urbano o el campo insistentemente golpea
la puerta donde la vigilia como el sueño onírico ese yo está ahí
contemplándose a sí mismo sin saber quien es.
Y me avisto como Perseo con su espada dándole muerte a la Medusa,
sin mirarla a sus ojos petrificadotes: viéndola a través del reflejo
de su escudo refulgente.
Como una acróbata (aktos=extremo; baino=yo ando por los extremos) mis
manos se dejan mecer o castigar por el ritmo atemporal de la
palabra, ahora silabeo aspectos transitorios de mi vida, me
nombraron Fany, nací en Córdoba Argentina, tengo 45 años y soy según
las últimas apreciaciones de conocidos ocasionales una "mujer niña",
me apasiona el aroma a jazmín y a incienso, la lectura por
intervalos, ahora voy a la academia de canto y practico gimnasia por
aquello de cuerpo sano, mente sana, para el corazón ejerzo mi
derecho a la poesía hábito natural en mi.
Mi fantasía sexual es que me hagan el amor en una biblioteca de
mayor antigüedad a los cien años y entre el aroma de esas páginas y
aferradas a los lomos de grandes compendios poder apretar el nombre
de quien se ha animado a hacerme vertiginosamente feliz.
Trabajo un poco, sin forzar. Tejo. Y me contorsiono cuando la
soledad me aguanta y me las aguanto solita. Tengo amigos de verdad,
pero por lo general coinciden que nunca están en ese momento justo.
Y tengo muchas más cosas que estoy intentando soltar pero sin que me
llegue la muerte. Pero sobre todas las cosas tengo una embriaguez de
libertad natural por la palabra que me obliga a enfrentar mis
temores y es por eso que escribo, escribo para mí y aquí vengo
porque la mano del ángel, doy fe, lo juro por Dios, así lo ha
querido.
Tal vez porque el Misterio no puede explicarse, es que hoy, ahora,
aquí, debajo, en, dentro, puede un aullido aturdido acusarme, como
el grito que llama al otro, o un grito que es un llamado del
silencio al vacío.
Y entonces A viva voz me presento.
Aquí estoy, los saluda con ganas, mientras se recrean en mis manos
las del niño preludiando góticamente la melodía donde hoy les
tarareo algo de mi nombre y en mi nombre les saluda:

Fanny G Jareton


martes, 18 de diciembre de 2007

feliz cumpleaños mi amor...

y siempre Maria Elena
Un beso esposa mia en el dia de tu cumpleaños!!
tal cual, hasta yo me sorprendo hoy, como los anillos
destrozan al romanticismo, a la creatividad y al amor.

No se habla aqui de que no te amo, amada mia,
me muero por ti y tu lo sabes dia a dia
incluso hoy te dije, me vengo a almorzar contigo.

Pero en ese momento no recordaba para nada
que hoy es dieciocho de diciembre, tu cumpleaños
viajando al trabajo me llamaste por telefono, hoy es 18!!!

Pero no estoy desconsolado mi amor, debia pasar
viendo los deseos de años anteriores de cumplir juntos
sabemos que precisamente hemos recibido lo deseado.

Deseando que tengas un dia de paz, amor y serenidad
preanuncio de todos los que solo asi compartiremos
sin foto, sin pps pero con mucho , mucho amor

yossi 18-12-2007


Maria Elena



Cada año es especial

solo por eso se festeja

para resumir el pasado

para estimar el futuro

ya que nada es igual



Tu presencia, solida

tu encantadora sonrisa

tus ojos iluminados

la certeza de tus decisiones

indican que estas enamorada



Me siento feliz de amarte

de ser el objeto de tu amor

me brindas la luz, la luz del sol

el romanticismo de la luz de la luna

tu, eres una obra de arte



mis felicidades para este cumpleaños

que sera el ultimo, lejos de mi presencia

puedes mirar con orgullo tu pasado

con esperanzas y alegria tu futuro

que compartiremos muchos años


yossi 18-12-2006

PLEGARIA PARA MI AMADA...

Padre Santo, Rey y Señor de la gente,
a quien mi amada siempre tiene presente
en su nombre, he venido agradecerte,
en el mío, una ayuda venidera a implorarte.


Para ella, este año ha sido complaciente
ha vivido cada instante plenamente
renovó ilusiones y anhelos a montones
y en uno lo que en diez nunca llegó.

Continúa con ella así, sin excepción
solo aumentale la fe y la paciencia
con la esperanza que en el proximo
yo no sea en ella un dolor, una ausencia.
Permítenos cumplir juntos los dos
esta magia descubierta en nuestro amor.

Yossi May
Diciembre, 18/2005

domingo, 11 de noviembre de 2007

Carta explicadora / Ejercicio 17 ( La revolución del 55)

Desconozco los hechos de esa época y fíjese Usted que no es por inculta , solo que paso tanto en mi adolescencia que buscando un camino me enrede con los ojos fijos en la cordillera.

Dirá que es una locura y es que era preciso, por que los muertos nadaban por la corriente del rio,
por que mi padre observaba desde un mundo en silenció
para no hablar del trauma de dos guerras en su camino y mi Madre trabajaba a veces para los ricos, sin pensar y sin tiempo en la revolución del 55.

Como digo: Desconozco los motivos, pero conozco los hechos de ésta era que vivo, inmersa-involuntario a en el gran consumismo, atareada de motivos para querer distraerme por que guerra es la noticia diaria que llega a mis oídos, con un pánico masivo y silencioso por una explosión que sería un cataclismo;

Y es por esto y por más que he quedado de ignorante y es que ver las cicatrices en la espalda de mi Padre me hacían no preguntar y menos saber de esta revolución de dos cinco.

Matchornicova
10.11.2007
Austria
Parati

CARTA DE DESAMOR

epistolas

Buenas noches, compañera. Sé que estás ahí, al otro lado del hilo telefónico, en esta soledad errante y absurda que nos ataca el alma como el peor de los vinagres, en este triste muelle sin olas en el que se convierte la vida cuando ya nadie ni nada te importa salvo seguir tirando de la noria para adelante. Yo también estoy aquí, solo en medio de la soledad, envuelto en la negra ceniza de silencio que tiñe mis pensamientos. Aquí, anclado en la bahía del recuerdo como un viejo galeón sin fuerza para adentrarse de nuevo en alta mar o en esa aventura o laberinto de amor que a veces te aprieta el corazón y te arrastra en su tempestad hacia horizontes insospechados. Sí, yo también estoy aquí, en esa amargura honda de túnel sin fondo a la que nos ha traído, sin que pudiéramos evitarlo, el destino.
Hace tiempo que deseaba escribirte, contarte lo que me sucede dentro y nunca logro sacar afuera, ese huracán de sentimientos que me recorre el tuétano de los huesos cuando pienso en ti e imagino que existes. Hace tiempo, mucho tiempo, que quería explayarme contigo, como si fueras un personaje real de la historia que me ha tocado vivir, a pesar de este rencor oscuro de esparto que me crece en la venas cuando te encuentro asomada a algún recuerdo y no soy capaz de cerrar la ventana. Tú eres así, imprevisible. Siempre lo fuiste. Desde que nos conocimos. Desde que te vi una tarde, paseando por el parque y eras alta como un chopo adolescente culminado por una larga melena rubia. Parecías una luna llena en una noche de tormenta.
Hay amores que sólo existen en la palma de la mano y tú eres uno de ellos, una semilla que el viento nunca quiso traerme aunque me la restregara por los ojos hasta dejarme ciego, esos ojos que cuando se cierran ven tu cuerpo de sirena azul saliendo de los sueños, cayendo como un golpe seco, puntual, cortante, en las redes de mi ensueño. La luz se desvanece tras los párpados, se diluye en el fondo del cerebro, tras el telón del subconsciente. Y luego tus pasos se pierden en la distancia, se alejan lentamente en la cometa sin hilo que se oculta bajo la almohada, en los desagües oxidados del tiempo, en la fría cloaca del infinito, con la idea de volver a torturarme en otro momento.
Aquí estoy, encerrado en este cofre del mundo sin ser ningún tesoro, como un alma en pena condenada a los caminos más remotos e inhóspitos, al frío mármol de la abstinencia sin ser viudo, sin ni siquiera haberte catado por fuera o haber asistido a uno de tus locos y febriles devaneos. Ya lo ves, la vida es así. Para unos tanto y para otros tan poco. Y uno sólo puede decir para consolarse: ¡Si lo sé no vengo!. Yo soy el calvo ese, gordo como un tonel, al que desprecias intensamente cuando pasa a tu lado y te mira de reojo, para que no te des cuenta de todo el deseo concentrado de semental salvaje y en celo que late en sus pupilas. Pero ya sé, no te gusta la grasa. A ti sólo te van los tíos altos, cuadrados, con más músculo que cerebro.
Recuerdo cuando eras fea y peluda como un mono y te faltaban algunos dientes y nos tomamos aquel trippy a medias, bueno yo tres cuartos y tú lo que restaba. Despues nos fuimos a la cama y nos pilló la subida en plena faena. Las paredes se volvieron niebla, una niebla espesa y yo no sentía mis pies cuando caminaba por el pasillo en dirección al cuarto de baño. No lo pudimos hacer. La historia se vino abajo, nunca mejor dicho eso de abajo, cuando ya casi estaba alcanzando el punto culminante. ¡Y yo que había comprado el asunto para camelarte! Luego me dijiste que no eras drogadicta y que los picos que ofrecías en la discoteca la tarde que te conocí eran sólo unas ampollas de vitaminas que le habías birlado a tu padre en la farmacia. Era tu manera de hacerte la interesante. Cada uno tiene la suya. He conocido a otros que vendían mierda de vaca reseca como si fuera haschís y alguna gente todavía les decía: ¡Qué colocón he pillado! Y ellos se quedaba encantados al comprobar el poder de su capacidad persuasiva.
¿Te quejas de que me huele demasiado la mierda? Son gajes del oficio de vivir. Yo también aguanté aquella semana, cuando te empeñaste en venir al cuarto de baño a hacer de vientre mientras me duchaba todas las mañanas. ¿Sería para que yo profundizara en la veta romántica que desprendías en aquellos momentos? ¿Para que me inspirara en tu imagen de princesa sentada en el trono, de aquella guisa y de aquel olor? Luego me preguntabas qué deseaba desayunar. Y yo te decía, nada, ya tomaré un café en la oficina. Y las tripas parecían leones desconsolados a punto echar el alma después de haber ingerido una monumental dosis de aceite de ricino. ¿Qué a mí me huele demasiado la mierda? Claro, la tuya no importa, por eso, porque es la tuya, caca de princesa.
Sí. Recuerdo cuando eras rubia y escasa de estatura y necesitabas ponerte de puntillas para que el barman se diera cuenta de que estabas al otro lado de la barra. El miedo que daba verte caminar por zonas batidas por el viento. Por eso sentí la necesidad de regalarte aquellos plomos redondos el día de tu cumpleaños, como los que se ponen junto al anzuelo en el sedal de las cañas de pescar. Sí, para que los llevaras siempre en los bolsillos y una ráfaga no fuera capaz de apartarte de mi lado de un solo envite. Pero no picaste, no entendiste la ternura del detalle y pusiste el grito en el cielo. Esperabas unos pendiendes, en aquella cajita de joyería forrada de terciopelo y envuelta en papel de regalo en la que te los entregué. Pero eran sólo plomos, de color gris y áspera textura, plomos como todos los segundos, minutos, horas y días que me quedan por vivir sin ti.
Cuando fui alto, fornido, buen mozo pude comprobar que me perseguías. Unas veces eras pelirroja, con la melena larga y una zarzuela de pecas de frasco columpiándose en tu cara. En pocas ocasiones te encontraba despampanante, de echar por fuera, como esas mujeres que parecen un imán para cláxones de camionero. Las más de las veces, esmirriada, canija, con la cara llena de verrugas y siempre quejándote de que ni siquiera te miraba el guardia de la esquina cuando aparcabas mal. Pero yo no estaba para muchas monsergas o remilgos. Era un cachas que te utilizaba como a un pañuelo de usar y tirar o te despreciaba olímpicamente. Sólo me interesaba pasar el rato contigo, hacerte algunas cosillas lindas y enseguida me ponía a tratar de conquistar otros puertos. Me encantaba eso de la seducción hasta que decías que sí, luego sabía que tendría que esconderme detrás de la columna de un soportal, cuando te viera en la calle, para que no me dieras la vara o me empañaras el corazón con tus lágrimas de mujer desquiciada por un amor no correspondido.
Luego, un día, apareciste en mi cama al despertar y eras negra, negra como el betún o como una tiniebla espesa. Y por un momento pensé que aquella noche había estado de aquelarre en el infierno. Pero me agradó el contraste que hacía tu cuerpo en mitad de las sábanas. Así que te regalé un polvo de propina y mil pesetas para el taxi que te llevara a casa. Amanecía y el portal todavía estaba lleno de sombras. Pensé que el color de tu piel te serviría de camuflaje y así los vecinos no añadirían una nueva muesca en mi currículum de soltero de vida disipada. Pero no cayó esa breva. En las comunidades de propietarios nunca faltan esos ojos avizor, al acecho detrás de una mirilla, esperando para pillarte en un renuncio. En la mía era La Gaceta, apodo con el que se conocía a la vecina del primero y a cerca de cuyo significado o motivación sobra o está de más toda explicación. Luego, cuando fui a la tienda a comprar café, la tendera hasta me regaló una tableta de chocolate, y yo sé que lo hizo con segundas, pues nunca se había dignado regalarme nada.
Sí, ahora que lo pienso fuiste todas y una sola al mismo tiempo, pero en casi todas las ocasiones coincidiste en una cosa, la mala leche, ese carácter tan tuyo parecido al de una mecha de polvorín a punto de culminar su objetivo. Contigo no hacía falta ni encender la cerilla, ardías sola. Cualquier situación la ponías del revés, le dabas la vuelta hasta convertirla en una hoguera espantosa que todo lo consumía. Y yo era leña, leña concentrada en un montón esperando a que organizaras tu particular noche de San Juan, como al final hiciste, incluyéndome en tu aquelarre suicida como si yo no fuera más que un absurdo monigote de una falla valenciana.
Sí. Ahora sólo somos ceniza, ceniza en el viento que decía el poeta, el humo frágil que deja un cohete en el aire después de estallar. Se nos pasó el tiempo, la vida. Se nos quemaron también los sueños y sólo nos queda esperar el sonido de la traca final mientras cada uno aguanta su vela y todo el cirio que ha dejado atrás.

Julio 2002©Fernando Luis Pérez Poza
Pontevedra. España
www.eltallerdelpoet a.com

viernes, 9 de noviembre de 2007

Las cartas (papel de baño).

muestrario

Las cartas (papel de baño).
Sábado por la mañana, llega otra de tus cartas, me pongo a leerte, y mi parte obsesa se sorbe sin prisa en esta taza con café, se derrumba el minuto, y me continúo en este amanecer apenas primario…al igual que a mí, te gusta el escribir para sanar.

Liz sale del baño, cabello amarrado, le salen algunas comisuras del recuerdo: son nuestros excesos de la noche, son sus nalgas que brincan en lo que sobra de la braga, y es el cansado comienzo de otra anécdota: - ¿por qué los hombres no cambian el papel de baño?, nunca he entendido eso-, me volteo y la pena cae en mi sonrisa apagada, sé que el papel de baño me ayuda a limpiar algo más que la conciencia, por eso olvido el cambiarlo, y me guardo la respuesta.

Ella te conoce y ahora que me ve, descubre el que te leo y se acerca rompiendo con el espacio del saberme contigo, dejo la carta sobre la mesa de la sala junto con la memoria.

Trae en la mano el tubo de cartón, pequeño, insignificante, símbolo de un reciente encono, y comienza una plática que no esperaba: -¿Qué es lo que ella te da en sus palabras Ernesto?-, Liz pregunta algo seria y respondo: -lo que escribe me da algo de vida-, voltea a la calle, no esta satisfecha y termina por rasgar la conversación, sigue con el tubo en la mano, y sin mirar me pregunta: - ¿por qué?-, y me pongo algo nervioso, este cuestionamiento debí hacerlo al leer a Freud, pero nunca lo he leído, así que me regreso a la idea sumaria del contestar: - es una realidad compartida a través de las cartas, sí ya lo sabes-.

Me detengo en la ventana, esta abierta para escucharnos y alcanzo a ver a tu abuelo, el viejo Santamaría camina con su perro Andaluz, esta triste, es gente de barrio, es gente que conozco de hace tiempo, y tu abuela, ella murió poco después de que te fuiste Ángela. -La felicidad está en quien la trabaja-: me decía Santamaría en el funeral; es desde entonces que el viejo y yo compartimos el recuerdo de múltiples ausencias que no se quieren ir.

Lo saludo y me contesta: -Buen día Ernesto ¿Qué sabes de Ángela?-, le digo –leo una de sus cartas, me dice que esta bien, le manda saludar-, se agacha para acariciar a Andaluz y me dice: -Salúdala de mi parte, que pases buen día-. El viejo al igual que yo, te extraña.

Entonces Liz abrazándome de la cintura me hace regresar a la plática: - ¿es mas fácil leerla que el ir a Madrid a verla?-… -pues sí, ambos nos buscamos en palabras acortadas- , me suelta, se emplaza un escalofrío, y se derrumba toda la sensatez.

Liz camina sobre la duela, se sienta en el sillón recargándose en la esquina, tiene algo de frío, me pongo al lado de ella, y con su boca en el oído me comenta:- ¿decides escribirle para sortear su relación sin poderse ver? lo que pasa es que tienes miedo, y te colocas cómodo en el pasado cuando le escribes…-, se sienta en cuclillas, con confianza, tajante, me mira de lado: -y para acabar con esta conversación te diré… la siento aquí cuando lees sus cartas y no me gusta esa sensación, es tu parte más egoísta y me molesta-. Avienta el tubo de cartón por la ventana, y me deja con su enojo.

Me cala tu partida, creo que no pude sanar del todo, tu madre te llevo a Madrid, no quería que mi vida te diera de palos, era la inmadurez del que vive pensando diría el viejo Santamaría, mientras tanto, sé que en España mi ex-esposa Edith tiene un buen trabajo y ya encontró a alguien más con quien estar, ella tampoco le habla a su padre, tu viejo.

Eres mi hija Ángela pero el destino puede más que cada acción procurada y a pesar de todo, de nada, es que siempre acabo por estar en esta parte que aún me falta, por eso te leo y te escribo.

La ventana ya está quieta, ya está algo testigo, y reviro: el Viejo Santamaría está tendido sobre la acera. Bajo del edificio, me pongo al lado de él y no puedo más que aguantar el llanto, está muerto, su sombra alarga la angustia, Andaluz llora y cada ladrido permanece en las vértebras, la gente se junta alrededor, y el tubo de cartón que Liz arrojó está a un lado, termino por ser circunstancia.

Un silencio sin caudal…el viejo, el papel de baño y mi consciencia sin limpiar…

La realidad siempre termina por ser más fuerte que todas mis palabras, veo es tiempo de ir a Madrid para abrazarte, murió tu abuelo y ya no puedo tener miedo, se ha acabado el papel de baño y tengo que cambiarlo.

Andrés V.E.

Noviembre 2007

Saludos y disculpen el no poder contestar algunos mails, la excusa es el trabajo...agradecie ndo otra publicación más en muestrario.. .GRACIAS! !!!

Saludos con un papel de baño en mano jejeje

andrés v. elizondo

Andrés.

sábado, 27 de octubre de 2007

Es tu vida y es tu muerte.




Tu muerte puede convertirse en tu mejor victoria,

si te esfuerzas en vivir una vida interesante.

Aunque el camino no muestre buenas intenciones,

dale ritmo y valor a cada vuelta zigzagueante.

No te pierdas, amig@, en cada encrucijada,

porque las habrá y muchas de ellas

tratarán de confundir tu camino arteramente

con te quieros y te amo... intrascendentes.

Siempre habrá salidas que conduzcan

y algún plan que te lleve, alternativo.

No negocies demasiado tus valores

pues entonces no vivirás aunque

altivo y desafiante así lo pienses.

Haz como el salmón del pacífico ,

ve que ellos nadan contra la corriente.

O como el brote de la enredadera

que asoma, enhiesto, del cemento.

Sólo si arriesgas vas a ganar,

mas después de un duro batallar.



Oscar Néstor Galante.

domingo, 7 de octubre de 2007

Carta abierta para todos mis amigos.

A propósito de mis últimos poemas y de la desabrida respuesta de una amiga, que con eso me reveló su desagrado por mi forma de enfrentar la vida, después de perder a la mujer que siempre amé.


Querida amiga mía. Creo saber el por qué de tu enojo. No es por lo que he dicho al responder tus cartas, sino por lo que he hecho y que explicitan mis últimos poemas. Ellos revelan la presencia de un amor en el corazón, cuando sólo debía existir dolor. Pero no es así. El dolor es una herida que aún estoy curando y cuando esa herida sane, va a quedar una tremenda e imborrable cicatriz. Y esa herida quiero que sane, porque D’s nos dio la vida para vivir, no para morir. Si morimos, siempre quedan nuestras raíces para mantener el jardín. En otras palabras, podemos irnos pero nuestras raíces quedan aquí, mientras nuestra alma está en otra dimensión. Y este es un dogma de Fe. Si creemos que esto es así, no podemos aceptar la permanencia del dolor por el ser amado que se fue. Si nos quedamos para vivir, debemos vivir y cumplir con nuestro destino. Si nos quedamos para morir, ha terminado nuestro camino. Así es el libre albedrío (arbitrium). Así es la libertad que tiene la voluntad humana para elegir los caminos que D’s, a cada instante, nos presenta para caminar. Yo he elegido la vida, otros eligen la muerte. Yo creo en los caminos de D’s. Creo en mi facultad de elegir y creo que mi Esther debe estar contenta al sentirse honrada porque yo he decidido elegir la vida que ella tanto amó. Cuando se inició la dictadura en Chile, tuve un bello contrato como profesor en una Facultad de Medicina en Canadá. Ella no se quiso ir. Nos quedamos en Chile para luchar por la vida. Salvamos vidas y contribuimos al retorno de la democracia, y estamos orgullosos de haberlo hecho. Ahora que ella no está, se que la defraudaría si no sigo luchando por la vida. Aún mi camino no ha terminado. Esther fue la que me hizo poeta. Ella fue el instrumento de D’s. Ella me hizo cantarle a la vida y hoy no la puedo desilusionar. No porque deba ser fiel a un cuerpo que ya se fue, sino a un espíritu que siempre tendrá un espacio dentro de mi. Ella se fue pero yo no puedo traicionar sus esperanzas. La vida no es vida en soledad. Yo dejé de ser el Dr. Silva, para ser el poeta Humberto Silva Morelli, que hoy día, en medio de un tremendo desbarajuste moral, hay más de mil personas que me siguen en mis cantos a la vida y al amor. En mis cantos al D’s de la vida y del amor. Nada de esto se podría hacer en soledad. Tengo 80 años, y un Ca supuestamente curable que lo estoy tratando porque aún puedo dar amor para vivir. Y lo voy a vivir hasta mi último día dando y recibiendo amor. Pero hay distintos tipos de amor y yo no elijo mis poemas. Ellos nacen de mis emociones, emociones que no pueden ser podadas. No puedo vivir la alegría de la vida en el día, mientras tengo una noche de tristeza, soledad y recuerdos. Sólo puedo vivir la alegría de la vida, si siempre me siento rodeado de amor. Aquí no siempre interesa la compañía humana, pero siempre interesa la presencia de la esperanza, porque con ella no hay soledad. Siento en mi que el AMOR es vida, que deseo seguir viviendo. Así es amiga mía. No es el deseo del momento el que me guía. Es el deseo de vivir completo, como D’s nos creó, para poder caminar el camino que Él ha puesto frente a mi. Es posible que nunca encuentre otra compañera, pero no debo perder la ilusión de servir a la vida. Si la pierdo, lo que es otro camino, muere todo. Muere la esperanza y la ilusión. Con ellas muere el poeta y termina mi camino. Espero que eso no suceda. Espero morir, deseando seguir con vida. Espero morir como mi Esther. Espero morir rodeado de amor y que aún entonces, nadie diga que morí porque no quería vivir. No te enojes amiga mía. Estoy haciendo lo que estoy haciendo, porque estoy viviendo como querría Esther. Creo que esto lo tenía que decir. Espero que se pase tu morriña por mi conducta. Con mucho amor se despide tu siempre amigo. Humberto.



Humberto Silva Morelli

HOY...




aprenderé todas las formas,

practicaré todas las miradas,

estudiaré todos los idiomas

del mundo,

para decirles,

como un eco,

y que me entiendan...

que los quiero ...

más que a nada en el mundo...



MARGA SEOANE

miércoles, 3 de octubre de 2007

¿QUIENES SON?

Amparo Carranza Vélez
¿QUIENES SON?


¿Quienes son estos seres altos y fuertes,

erguidos sobre dos piernas?

Ellos llevan un lenguaje que no comprendo.

Me alimentan, me cuidan.

Me ven crecer, no dan espacio para correr.

Me encierran en pequeñas cajas de metal.

Me alimentan, pero nunca me acarician.

Luego un día abren la caja.

Me toman.

Me toman de los pies y me sacan.

Me golpean, me golpean.

¡Me siguen golpeando!

Grito pero el grito no alcanza.

Nadie, ni nada puede socorrerme o defenderme

de lo que no entiendo, pero sucede.

Destrozan mi cara.

Intentan borrar todo rastro de resistencia.

No alcanzo a ver más allá de una luz

Un ojo electrónico que cree captar mi dolor.

Atontado, permanezco desfalleciente sobre el suelo helado.

Me vuelven a tomar.

¿Pero éste ser no era el que me alimentaba todas las mañanas?

Ahora pasa a través de mis pies una ganzúa.

Atraviesa mi carne.

Me cuelgan cabeza abajo.

Intento escapar pero es inútil.

Mis manos danzan en el aire,

una coreografía aterradora.

Y siento el filo metálico de la locura.

La maldad de estos seres que disfruta

de mi larga tortura.

Siento frío, por todo mi cuerpo.

Me siento más pequeño.

Siento sangre correr.

Veo caer la sangre sobre el suelo.

¿Toda esa sangre es mía?

Luego me vuelven a tomar.

El dolor es inmensurable.

El frío me ahoga, pero no me mata.

Me arrojan como desperdicio

sobre una montaña de cadáveres.

La carretilla de los desollados.

En eso reacciono, intento incorporarme.

¡Estoy vivo! ¡No he muerto!

Intento levantarme pero carezco de fuerzas.

Mi cuerpo no responde, se convulsiona descontroladamente.

Levanto mi cabeza,

y la vuelvo para intentar levantarme.

Entonces veo una masa de carne despellejada y sangrante.

Primero no comprendo.

Luego reconozco mi cuerpo.

¿Qué me han hecho?

¡Esto es peor que morir!

¿A esto confinaron estos seres mi existencia?

¿A tener este fin? ¿y mi destino divino?

El ojo electrónico vuelve a clavarme los ojos.

A captar mi última mirada.

Impregnada de infinito dolor.

Dejo caer mi cabeza y me resigno a ser,

un montículo más en la montaña de cadáveres.

A ser un producto más de la avaricia humana.



3 de Octubre de 2007.

lunes, 17 de septiembre de 2007

Carta (añejada)

Patricia Ortiz

epistolas


Me he decidido al fin, y heme aquí, escribiéndote esta carta. ¿Esperabas una súplica? ¿Un pedido de consuelo? ¿Una declaración de amor? Es ésta mi despedida. Un adiós firme que te besará y se perderá presto entre la silueta oscura de los barcos que recortan el horizonte. Logré desvanecer el hechizo que me hacía tu prisionera. Seguiré la senda del sol, hasta llegar al reino del más bello de los egipcios, el dios Ra, mi protector. Una gota de tu sangre nacerá cada día en mi pecho, y una mía llegará a tus labios cada noche como señal de un amor que muere...

Patricia
_________________________________________


"No creí que éste fuese el final. No puedo decir que no lo presentía pero sí confieso que no pensé que te decidieras finalmente. Fui aquel que colonizó tus tierras vírgenes, el que te hizo descubrir que cada pulgada de piel tenía memoria del placer y el gozo.
Tu maestro, tu mentor, tu guía y tu luz; lo fui y lo soy, estoy seguro de ello. Te sentiste prisionera y lo eres pero la esclavitud que pregonas es la del amor y la pasión.
¿Vivir sin mi? te será díficil; los primeros tiempos tu ferrea decisión prevalecerá pero el tiempo, las solitarias noches jugarán a mi favor, lo sabes ... aunque tu razón te dicte lo contrario.
Te esperaré. Pero no tardes. Hoy si vuelas es gracias a mi , no a ti; te dejo elevar vuelo corto...disfrutalo porque poco tiempo tus pies se despegarán del suelo. Retornarás a mi. Lo sé, y tu tambien lo sabes."



Liliana Varela

Yo tengo que comunicarte, suerte,

Alberto Guzman

epistolas

Yo tengo que comunicarte, suerte,

que no has sido justa conmigo.

Que hoy a él abandonaste y a mi me has

dejado dolido y ciego.

No entiendo tu razón para

obsequiarme y en un instante robarme

una parte de mi cielo.

¿Por qué te lo llevaste?

¿Porque negarme su voz, sus brazos,

y la ternura de sus manos en mi pelo?

¿Por qué has dejado a mis hijos sin abuelo?

Estoy triste y te reclamo:

¿En dónde hace más

falta mi padre, aquí o en el cielo?

Guzmán Lavenant

CARTAS SINCERAS - VI

(Ya no ser)

Autor: © Jesús Alejandro Godoy
¿Dónde estaré pena?

¿Dónde me encontraré hado?

¿Será creo, que al momento en el que el altísimo me llame, renegaré de mi tiempo, o de la escolta de ángeles que pisan la estela de mi espectro?

Dime cielo, que haré cuando mi piel ya empiece a ennegrecerse y mi aliento sea de memorias y mis recuerdos de mis deudos. Dime que haré con mis asuntos pendientes.

¿Qué haré con las lágrimas que no he derramado?

¿Qué haré con las casas que no he construido?

¿Qué haré con la tierra que no he trabajado o con el libro que no he escrito?

Quimeras danzantes vienen a mí hablando de regocijo y las desconozco, por que fui y soy hombre abiertamente temeroso de la hora de mi muerte y aún más, temeroso del segundo después mi partida, donde se abren los interrogantes más plausibles de la eternidad o la negación de la misma.

Temo a no ser; temo a que mi memoria se disuelva como entrañable idea desusada que jamás fue ni será.

¿Dónde estaré, cuando ya me haya ido de aquí?

¿Qué paisajes verán mis pupilas? ¿Cuál será la primer palabra que diré luego de morir? ¿Cuál será mi primer reflexión?

¿Es que seguiré siendo tan insensato como ahora; o es tal vez, que se despertará en mí, alguna inteligencia infinita que había esperado el momento correcto para hacerse poseedora de mis pensamientos y cavilaciones?

¿Me iré tras los sueños de Morfeo, o tal vez recorreré algún sinfín en detrimento de las buenas almas y abrazaré al Dante? ¿Cómo serán las lunas y los cielos?

Dime luz portentosa qué haré, y deja esos rumores agoreros que se llevan mi botín de estrellas, que ya no quiero a mi lado a esos ancianos de corazones contritos y senderos limitados...

Espérame parca, espérame cuervo que aún no he terminado mil palabras y ya te alejas de mí; que tampoco quisiera, que me dejes en futuro tortuoso y pulcra eternidad terrenal...

¡Que confusión Dios santo!

Haré silencio alma, y así tal vez, puede comprender el por qué de mi temor a ya no ser, o ser un buscador eterno de la paz que jamás llega...



Contacto:
jesus_alejandro_ godoy4@yahoo. com.ar

A los tres años: Maria Elena

No se si es un poema de amor
o la crónica de un amor
pienso mucho en ti
pero cuando pienso en ti
no son solo las neuronas
hasta en ti piensan mis venas
por supuesto el corazón
ruge como un monzón
la sangre con intensidad fluye
y todo problema se diluye

Soy actor de un proceso vital
del que soy el autor legal
pero estoy incapacitado
de describir el camino andado
no fué mas que leer un somero perfil
de lo que no parezca un hombre vil
una breve carta interesándote por la amistad
con intención de erradicar la soledad
solo el tiempo demostró que no había mentiras
pero las verdades eran muchas fantasías

No encuentro la metáfora apropiada
para describir a esa hada agazapada
que en cada carta que llegaba
yo sentía que era lo que más deseaba
las cartas iban y venian con intensidad
todo manifestado con sinceridad
no había tema que no se hablaba
hijos, amigos, amor y hasta de nada
también de miedos, frustraciones y del pasado
que en nuestra larga vida hemos afrontado

La carta no dejó jamás de estar presente
pero obviamente ya no era suficiente
comencé con fuerza a sentir
que un café hay que compartir
ya hacía tiempo que el rumbo había perdido
pues ninguna amistad despertaba el sentido
era importante para mi comprobar
si eso es lo que se llama amar
una sensación que se fugó con la edad
por optar vivir con comodidad

A tres años de conocerte
no puedo menos que decirte
hay algo en nuestra relación
que no es solo una unión
es el aceptar absolutamente
que solo un demente
puede encontrarse con esa suerte
de saber contigo esperaré la muerte
sea bienaventurado
el que diga........ .. yo amo

yossi may 12-08-2007

Muchachos y muchachas

Long-ohni

Confieso que tengo la extraña costumbre de no festejar mi cumpleaños sino más bien (con voluntad diaria) festejar mis no cumpleaños pues tengo una idea particular y tal vez exótica acerca del significado de los cumpleaños. Si bien es una conmemoración del día en que se ha venido al mundo, es también, cada año, la marca tangible de que se nos ha ido un año más de vida, es decir, tendrremos uno menos por vivir. De ahí, supongo, la costumbre de festejar, armar toda una estantería para ponerse uno alegre o, de otra forma, crear un escenario como para que la conciencia de un año menos resulte menos presente y dolorosa. Digamos que con un poco de buen vino, la vida luce mejor.
De todas formas, cumplo con el pedido: Nací un 2 de octubre, a saber, el Día de los Niños Pobres, o también llamado el Día del Centavo y luego el Día del Kilo. ¿Una rareza?. No. Tiene su historia y la cuento por si alguien no la conoce.
Instaurada la Casa de Niños Expósitos (no me acuerdo en qué año, pero lejos ya) el gobierno instauró el 2 de octubre como Día de los Niños Pobres. En ese día, la gente pudiente debía recordar que existían niños pobres y lavar sus conciencias acercando algún acto de caridad y beneficencia. Más tarde, cuando esa Casa pasó a llamarse Casa Cuna y quedó en manos de las Damas de Beneficencia, el 2 de octubre pasó a llamarse, de facto, Día del Centavo a raíz de que ese día las Damas sacaban a unos cuántos niños huérfanos o abandonados y los colocaban en las esquinas paquetas de Buenos Aires junto a un gran caldero en el que la gente que pasaba, por piedad y tal vez tocados por esas caritas tristes y miserables, tiraba un centavo. Detrás, las Damas, con sus pieles y joyas, custodiaban el espectáculo de esta miseria expuesta en la vía pública. Pasaron los tiempos y los centavos terminaron por valer poco y nada, así que ya no se pedían centavos sino kilos de algo para comer. Así terminó denominándose Día del Kilo pues en el caldero habría ahora que echar un kilo de arros, de azúcar, de fideos, de polenta o de lo que fuera. Esta práctica se suprime a los 20 días de asumido el General Perón en su primera presidencia, pero queda en la memoria la denominación para ese día del año que viene a ser el día en que nací.
Por tanto, soy de Libra con ascendiente en Cáncer, esto es, aire y agua, ni quemo ni se me puede retener en las manos; si el aire se agita, las aguas se ponen tempestuosas, si el aire es calmo, las aguas son dulces y confiables, pero de cualquier forma, aire y agua corren en libertad.
con mi abrazo siempre
long

Queridos amigos

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Seguramente parte importante de mi creatividad que provenía
de copiar alguna que otra información del diario y remitírselas
se vera afectada por el definitivo paso que he tomado hoy

He cancelado el abono al periódico y desde la semana que
viene paso a vivir en paz. No es fácil, son casi 30 años
de leer el periódico. La representante de servicio y relación
con el cliente no podía aceptar que no era una cuestión de
dinero, sino de asco y no asco por el diario que precisamente
me ha servido en mas de un caso de emergenicia,
sino del contenido.

Estoy podrido de lo que leo, le digo, me pone nervioso y de mal humor
y sino leo seguirá pasando lo que pasa y me enterare de lo que
tengo que enterarme pero sin pagar.

Ella se disculpa diciendo nosotros tenemos que informar lo que pasa,
te parece correcto que no informemos que esta pasando en Gazza
y esos terribles actos de venganza como tirar uno o varios del piso
18. Y que gano yo con saber le pregunto.

Ella se disculpa también diciendo que queres, que no informemos
que ese Arkadi Gaydamek compro la fabrica de jamón y productos
de cerdo MIZRA que ya tiene 50 años de antiguedad a los efectos
de que dejen de fabricar productos como el jamón. Me toco un punto
flojo y ahí nomas le largue la cuestión de la conversión ortodoxa,
de hace unos días.

Mira, me dice la tipa del diario, que nuestro suplemento económico
es el mejor del país. Le digo es verdad pero me molesta que me estén
vendiendo que hay que idolatrar a los millonarios y venerar al ministro
Netaniahu porque organizo la economia fantasticamente:
la guita para los ricos y la reducción de presupuestos para pobres

Y el , ese mismo Netaniahu es el peligro del partido laborista que hoy elige
su nuevo candidato a dirigirlo. Si hay mas pobres que ricos, le digo , muchos
mas, como es posible que ante validez igual de cada voto gane precisamente
el candidato que mejor defiende a los ricos

bueno, conformense de saber, que los comentarios de la próxima semana
solo seran de oido.

un abrazo
Yossi May

Recuerdos a la carta

¿Qué se hace con los recuerdos? Entre tanto gourmet y tanta gastronomía como se ha puesto de moda, ¿alguien puede darme una buena receta para aderezarlos? Se parecen a las grageas de todos los sabores de Harry Potter: los hay de diferentes tipos, colores y gustos. Agradables, encantadores, cálidos, apasionantes… pero también molestos, repulsivos, dolorosos y hasta nauseabundos. Es cierto que los hay también insípidos, pero esos son los menos importantes y, en una buena comida, son simplemente el verde de la decoración.

Tengo algunos frescos y otros rancios; a unos cuantos los he guardado en el freezer para que no se deterioren: son los más queridos. Pero no puedo verlos tal cual son: están como detrás de una nube que los opaca y los distorsiona. Y, si los descongelo, tengo miedo de que se cumpla esa ominosa advertencia que planea sobre las góndolas de los supermercados: "una vez descongelado, no volver a congelar". Podrían contaminarse y el deseo de uno es guardarlos perfectos e inviolados. ¿Será una pretensión vana? ¿Acaso, para disfrutar los recuerdos, hay que consumirlos? Masticarlos, tragarlos, digerirlos e, inevitablemente, evacuarlos.

Se debe tener cuidado con los recuerdos, porque pueden resultar indigestos. Mi abuelo una vez se empachó con recuerdos de su infancia y lo curioso del caso es que, al estilo de una rara enfermedad digestiva, acabó empachando a toda la familia, a punto tal que todos terminamos vomitando recuerdos que ni siquiera habíamos comido.

Pero no se debe hablar de esos temas en la mesa o en la cocina, y ahí estamos ahora exactamente, buscando recetas para recuerdos. Recetas que resalten su sabor, si es delicado, o que disimulen su aspecto desagradable o mustio si están un poco ajados. Otras que les saquen el amargor o los vuelvan más tiernos.

Algunos no precisan aderezo: son los de sabor intenso, personal, que encajan perfectamente con un buen vino y que a veces se comparten con un amigo entrañable, como quien degusta alguna rara especialidad. Solo para unos pocos.

¿Alguien puede darme una receta? Se me están acumulando demasiado y debo empezar a consumirlos cuanto antes. Algunos son de los que no precisan aderezo, pero la mayoría tiene un regusto amargo que no sé cómo quitarle. También me vendría bien un amigo con quien compartir el vino y la degustaciòn. Los que quieran anotarse, serán bienvenidos.



Ma. Cristina Longinotti

A los que han exiliado no sólo su cuerpo sino en alma

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Liliana Varela



Se esconde la nostalgia tras las letras
y el corazón se empeña en proseguir,
aunque duela y queme este abandono
fluye la tristeza en el río del vivir.
Cuenta la historia un cuento repetido
donde el protagonista es la única variante
los sentimientos son ecos infinitos
la misma historia de dolores incesantes.
Es el exilio no sólo de un cuerpo
sino del alma que vive en el terruño
de otrora tiempo, hoy nunca olvidado
del sentir estar en este otro mundo.



Humildemente, Liliana

A mi querida CARDO

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No esperes que juegue
juegos nuevos e inventados
no comprendo reglas impuestas
respeto todos tus estados
el amor es así mi amada
sólo comprensión
y de eso
tu y yo
estamos entrenadas.

No esperes que reparta
las mismas cartas todo el tiempo
mi mesa está servida y esperándote
y de vino sólo traigo
uno y mil temas de conversación
de esas mismas
que al arrebol de la tarde
nos hicieran reír
llorar
y sobre todo
suspirar

No esperes que no quiera abrazarte
mis brazos siempre abiertos
tiene espacio suficiente
para ti
y para todo lo que tu amas
que son las mismas cosas
que también yo amo


somos tan distintas
y al vernos a través de las palabras
tan iguales
que se
que no precisaré de las palabras
para explicarte

No esperes
que no quiera llorar en tu hombro
sé que amas la lluvia
más no sé si toleras mis lágrimas
y no hay mejor cosuelo para mi cuerpo
que el abrigo de tu ternura
cuando los ojos se me hacen temporal

Te ofrezco a cambio de tus esperas
un ramo de tulipanes agradecidos
un hogar como lo quieres
lleno de las risas que añoras
con un lecho de mar
de aroma salado y color azul
sin árboles o flores
sólo de eterna arena gris
de calido y dorado sol
y todo el amor que abunda
para ti,
siempre
en mi corazón


Carolina González Velásquez

Necesito que vean cuando puedan mi blog http://caingove. blogspot. com ahí comprenderán la razón de éste poema escrito para mi querida prima que en el mundo blogger se hace llamar CARDO

A Yoay

Yossi May

Hoy recibi tu primera carta y me alegre muchisimo,
pues yo a diferencia de otros me gusta escribir cartas, y si es escribirte a ti,
me gustara doblemente. Es verdad, tu aun no lees y necesitaremos la ayuda de tus padres.

Por lo tanto no encuentro sentido contarte que estoy haciendo hoy y hasta que tengamos
un dialogo epistolar aprovechare el tiempo para contarte cuentos.

Pero no seran cuentos de los libros, sino cuentos de cosas que yo recuerdo, o que
vivencias que vivi o por ahi, vivencias de tu madre.

El primer cuento es en realidad el primer cuento que yo mismo recuerdo, posiblemente
tenia tu edad o un año mas, es decir entre los 4 y 5. Era un sabado y fuimos a visitar
a vecinos, alli en Avigdor las distancias entre las casas era como de un kilometro pues
mis padres, tus bisabuelos, eran agrigultures y vivian en su parcela.

Como decia, fuimos a visitar seguramente yo jugaba con los juguetes que habia entonces
y de pronto se escuchan ruidos, golpes en la pared, en la puerta. La Tia, asi la llamaba
a la Sra Irma , a pesar que no era tia mia fue a revisar y se dio cuenta que el bisabuelo
estaba encerrado en su habitacion. El bisabuelo que ya era una persona anciana, su cabeza
ya no funcionaba bien e incluso los ojos ya no lo ayudaban en mucho cerro sin darse cuenta
el pestillo de la puerta y ya no se acordaba donde estaba el mismo.

No creas que yo sabia lo que esta pasando, seguramente jugaba mis juegos. Mi padre, tu bisabuelo
me llamo, cuando el tiene mas o menos la edad de tu padre, y me explica que el bisabuelo
esta encerrado en su habitacion y que solo yo puedo sacarlo. Mi padre me muestra la ventana
que esta sobre la puerta de entrada a la habitacion (por ahi encontramos una ventana asi en
alguna casa vieja de Jerusalem. El me dice: yo te meto por ahi!!

Mi padre me explica muy bien, incluso dibuja un dibujo, un mapa de la habitacion, y señalo
el lugar del armario, de la cama, todo. Tambien la parte interior de la puerta incluido el cerrojo
que se cerro. Mi padre fue muy claro hasta tanto que no me olvide nada de lo que dijo

Entonces que me dijo mi papa?; No temas, solo haz exactamente lo que yo te digo. Despues que
yo te suba a la ventana por intermedio de esta escalera te tendras que arreglar solo De la ventana
saltas sobre el armario de mas o menos dos metros (el techo esta a tres metros). El continua y
dice: del armario saltas sobre la cama. Puede ser que te caigas sobre la cama pero no recibiras
un golpe pues la cama es blanda. Y de la cama te bajas como te bajas siempre, tambien las
veces que yo quiero que te quedes en la cama.

Me explica muy bien donde esta el cerrojo y como abrirlo. No creas que yo sabia como se
abria un cerrojo y que es mano derecho y mano izquierda. Para mas seguridad me ato un
hilo a la mano, al brazo para que yo recuerde que con esa mano tengo que abrir el pestillo
tirando hacia afuera, como si tendria que abrir los brazos para abrazar a alguien.

Yo no me recuerdo si tuve miedo, pero supongo que tuve miedo pues tenia que hacer un
monton de cosas que jamas habia hecho antes.

Logre cumplir el objetivo, abri la puerta para alegria de todos y yo me senti valiente
El bisabuelo siguio viviendo varios años en su habitacion, pero sacarron el cerrojo para
evitar un nuevo encerramiento

tu abuelo Yossi 9-6-2007
epistolas

Espístola a Muestrario. Para la ex Sor Blanca

Blanca Barojiana


Mi buena amiga Masancha, verás que no te arrepentirás de dejar tus bosques de Bled y venir conmigo a recorrer mundo, que quien en su tierra tiene seguridad y amparo ha de buscar otras donde proporcionárselo a los que sufren esclavitud y tormento a manos de tiranos y carceleros. Verás que correremos muchas aventuras, todas vencedoras, y que cuando la fortuna lo quiera conquistaré para ti una tierra y te haré de ella gobernadora. Así podrás, buena Masancha, ser magnánima y generosa, y traer al mundo un mucho de la justicia de los cielos, y engrandecerte y ser recordada en los tiempos venideros como la más grande y cabal. Sabrás, Masancha, que solo la libertad hace tal a la persona, y es el más grande don que podemos recibir y ha de defenderse con la vida. Por encima de la libertad está solo el amor. Y por ello todos los gigantes que matemos, encantandores que prendamos, ínsulas que conquistemos, grandes batallas que libremos, y entuertos que desfagamos, serán todos en nombre y gloria de mi señora la sin par Cris, Condesa de día, a quien debo hacienda, vida y honor. Y todos nuestros enemigos derrotados habrán de reconocerla como la más alta y fermosa, aún sin verla, porque si la vieran, ¿de qué serviría rendir culto a lo evidente, aún sin considerar que muy probablemente la belleza de la mi sin par señora les cegara y de todos modos hubieran igualmente de jurarla como la más bella, sin verla?

Así pues, mi buena Masancha, alegra el corazón y espolea tu rucio, y vamos a la Venta del Muestrario donde los buenos venteros Lili y Carlos nos darán cobijo para esta noche. Sin contar con que quizá encontremos en ella a la princesa Patri, presa del agún encantador malvado, a quien tengamos que prestar auxilio, siempre en honor de mi señora doña Cris, Condesa de día. O incluso a Jorge el trovador, que nos acompañe la frugal cena cantando un soneto. O Yossi, el contador, que nos traerá nuevas de otras tierras lejanas.

Grande es el mundo, mi buena Masancha, pero más ha de serlo nuestro corazón para conquistarlo por entero en nombre de la libertad. Vamos pues, que cae la noche.

Blancagote de la Mancha.

Querido mío

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Fanny G Jareton

Querido mío, te necesito cerca, rozándome con la
sutileza de tu
elocuencia, te necesito ajustándome lentamente a tu
cuerpo y así
sentirme mecida entre niña y mujer, que me hagas
convencer con tus
caricias que tus manos dibujan mi espalda por
primera vez y las
piernas se empujan acomodándose una en la otra al
movimiento
continuo y prolijo, así, ¿lo sientes?
El temblor es otra circunstancia que no puedo
manejar, se que jamás
podré verte, pero "te siento" y pensar en vos cerca
de mí me hace
fagocitar en estas ganas de comerte…
Cómo equilibrar la doncellez con la hembra que me
empuja y hace
latido todo mi cuerpo.
Pienso y me reacomodo a otras circunstancias, me
siento sobre tus
piernas, me recuesto sobre tu hombre y acaricio tu
cabello, te
susurro, << en la mirada>> que es en la mirada donde
encontraras a
mi bestia trasmutada, que sólo espero una señal tuya
para mostrarla,
bebo tus labios para curarte de malas palabras y te
beso someramente
para acariciarte con pasión.
Déjame habitarte, tengo miles de sueños para
construirte, vivo presa
de este universo nuestro tan necesario que me
alimenta y me da ganas
de vivir; asísteme, se mi fortaleza, incuba mi amor,
no me dejes ir –
algún día amenaza con guardar un silencio
definitivo-nosotros que
aun creemos en los reyes magos, haceme este día de
fiesta, decíme
por favor, que sí, que vendrás conmigo, que palparas
cada latido,
que terminaras de crecerme, que me harás mujer,
mujer tuya y para
siempre. Abro la ventana y miro la luz para
metérmela toda dentro de
los ojos, quiero mirarte con transparencia, saber y
que sepas de
nuestro destino, que juntos es más que una palabra,
que juntos es un
nivel necesario que debemos brotar, un columpiarse
entre un tú y un
mí, como una flor que ha caído en el fuego ardo
entre tus brazos,
insúflame en la boca toda mi necesidad que sos vos,
respóndeme, no
quiero saberte dormido, quieto o desangrado, lléname
este espacio
vacío que arranco de mi vida para implantarte con
tus buenos deseos.
No te dejaré ir de aquí, hasta que nos bañemos
desnudos en el mar de
Ulises y me cuentes de guerras para declararme la
paz donde
engendrarme has de amor.
Fanny

Espístola a Muestrario

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En mayo, a veinticuatro (al calendario

rindamos en primer punto homenaje

pues aunque nos sea odioso el personaje

es la costumbre). Va carta a Muestrario.

(Y me he dejado afuera al dos mil siete,

que cualquiera la rima se la mete).

¡Amigos!: Es sabido, y sin agravio

para otros grupos, que nuestro pelaje

es el mejor, que aquí cabe mensaje

de todo tipo: de alma o de urinario.

(Ay, qué bien, voy, y qué bien hago alarde

de la escritura: y que esto va que arde).

Que tenemos las plumas afiladas,

mandamos mil mensajes a diario,

y más de siete mil a la semana.

Que escribimos como nos da la gana,

cada uno lo que sale de su ovario

- o lo que tenga- sin más algaradas.

(Qué inspiración, qué bien me está quedando,

mas bueno es que ya vaya despachando) .
Suya Atte. Certifica y confirma,

en la ciudad, Madrid, ésta que firma:

Blanca Barojiana


Pues mujer ¡tú sí que te has lucido!
Has mandado una joya a Muestrario
y mudos a todos has dejado
al leer estos finos comentarios.
¿Qué decirte? si en todo eres perfecta
bellos versos, sonetos en recetas,
cuentos negros, historias en maquetas
y una mente que vuela por doquier.
¿Imitarte? Tú si que estás muy loca!
mi plumita se dobla de vergüenza
y te admiro desde el escaparate
del muestrario que brilla en tu presencia.
Este grupo que acoge tus palabras
resplandece de plumas de nivel
que ora escriben, que ora solo charlan,
es muestrario, señores : ¡ Bien por él.!

Besitos.
Liliana Varela

INVITACION

INVITACION
Manuel Ramos Martínez

Señores
Presidentes
Ministros
Reyes
Generales
Cardenales

Disculpadme que interrumpa
vuestros cócteles
o quiebre
vuestras cátedras

Tan solo quiero deciros:

que vengo
de donde la miseria
es violenta y ciega

de donde las raíces
y la carne yacen calcinadas

de donde el cielo llueve
ojos de cenizas
y árboles mutilados

de donde la ausencia
se hace fija

y un roce de labios hiere.

Señores
Presidentes
Ministros
Reyes
Generales
Cardenales

Perdonadme una vez más
que interrumpa vuestros cócteles
o quiebre vuestras cátedras

Tan solo quiero deciros:
Que si yo fuese presidente, construiría puentes que unieran países
con países, destruiría armas y levantaría el mar y el cielo azul
como única bandera.

Manuel Ramos Martínez

Vacuidad, monólogo doméstico

AUTOR: Yossi May




Querida Vacuidad

Sin duda la menos querida de las hijas de la Colonia, y mirando a todos los maridos que tu madre tuvo, el senior Vano fue el mas infeliz. Y si comienzo por Querida es por costumbre solamente.


No puedo escribirte una carta de amor, pues es difícil amar a quien no se ama, tampoco puedo ser bueno, con quien es mala, mala para con si, mala con los que la rodean. En realidad no tengo ninguna palabra buena para brindarte y no tengo suficiente vocabulario como para mencionar todos los calificativos negativos.


Borracha, haragana, manipuladora, infeliz, quejosa, aburrida, inestable, serian los colores que conforman tu personalidad , y yo tuve la desgracia de ser el testigo de tu corrida hacia la nada.

Por suerte, o por mis propias buenas cualidades no me vi totalmente afectado por tu oscuridad, solo en las mínimas partes como consecuencia de la vecindad.


Hace días vengo manifestando que el no dormir te enloquecerá, te sacara del equilibrio y nuevamente te volverás loca. Como tantas otras veces, durante tantos años te has vuelto loca, y siempre en los momentos de ebriedad, encuentras que yo soy el culpable de tu locura. No puedo asumir la responsabilidad de tu locura, en todo momento eras libre d e retomar tu camino sin mi compañía.

Yo no puedo entender que te pasa y no puedo hacer nada para curar tu enfermedad.


Pues tu estas enferma, no dices nada interesante, lo que dices es incoherente y hasta incorrecto. Dices que te gusta escribir, pero no estudias como hacerlo, pues como todas las cosas que haces, las haces en forma mediocre. No entiendo como tu psicólogo no

se da cuenta de la gravedad de tu caso. Sin dudas también a el logras mentir, mejor ahorrar el dinero, si el tratamiento no ayuda.


No me has dado a leer lo que escribiste, por miedosa, por no poder soportar una critica o incluso un sencillo no, seguro le has dado a leer a todo el mundo, y no se si no tengo que asumir vergüenza ante los amigos comunes. Anoche quise ver con quien te escribías o hablabas, pero no lo logre, meses me vengo aguantando saber que haces, con quien haces y luego de haber pasado un precioso día conjunto, lo correcto, lo sano, lo esperado era que te evites conectar por Internet y la bebida.

Solamente una persona enferma puede adoptar ese comportamiento


Espero que tu enfermedad no joda mi carrera y no me produzca un ataque al corazón, que estoy teniendo fuertes puntadas.


Con la máxima sinceridad


Yossi May

La Carta

AUTOR: Salvador Pliego (México)


Sabes, desde ese primer día el despertar se ha vuelto diferente. Y no es que haya cambiado algo, o tal vez si… quién sabe... Noto una sonrisa extraña por doquier voy caminando, o será la mía que se asoma sin recato por donde ando deambulando.

Desde aquel día todo se volvió alegría. Aún recuerdo el momento en que te vi y sólo opté por sacar un verso de mi alforja para leértelo entusiasmado. Mientras yo me esmeraba al leerlo notaba tu mirada fija en mí y esa atención que de repente se volvió delirio.


¿Cómo decirte ahora lo que siento, si he escrito tanto para ti y no encuentro más palabras que arrancarle al viento?. Y suspiro por tener del alba la palabra que a tu aliento reconforte y quitarle al menos los vocablos que hagan manifiesto mi sentir.


¿Como decirte ahora que esa sonrisa que departe por la vida me nació de ti y tu
alegría, si no encuentro obra poética más que tu boca en mi boca?.

Mira a lo lejos… Cierra tus ojos… Escucha el mar latiendo con sus olas. Rompiendo espuma y crestas. Hablándole al viento como se hablan los sonidos. Seduciendo las gaviotas con sus alas de bruma en regodeo. Visitando caracolas que brincan sobre infinita grava.

Imagina el mar como aquel perdido verso que aún trato de encontrar.Como aquella bella tarde que intento redactar volviéndola una ola o el azul mirar. Igual que tu mirada que no logro descifrar…


Imagínalo en silencio, que aún no cesa de volar, y se va volviendo canto, murmurándote al pasar…

Mira a lo lejos donde el canto habla entre versos y atrapa cada brisa que revienta en tu mirar…

He tratado de encontrar palabras y decirte lo que siento… cómo es que llevo esa sonrisa por doquier y muy adentro. Pero no hay palabras, lo sé. Simplemente le alegría que me da el diario caminar.

Y resumo para ti esa alegría con los más simples vocablos que la mar me susurró: Te amo.

Mira a lo lejos… Cierra tus ojos… Escucha la mar…