lunes, 9 de noviembre de 2009

EL SECRETO DE LA PLACIDEZ

Carta Privada No. SP-x




"...esas ideas que cubren cuerpo y alma
y que bullen como el agua en la candela."

"El secreto de la placidez no está en forjar eternamente lo que se
pretende, sino en querer constantemente lo que se crea."

Poeta Lejano





Mi querido señor,

Esas ideas marcan el espejismo en que se ha convertido la línea de mi horizonte, reptan por ávidos caminos, se estremecen en mi mente para llevar mil fantasías hasta tu mundo líquido.

Sin el bullir de parcelas fascinantes en medio de la mar, tu mar, mi mar, somos almas errantes. Ansiedades pegajosas que doblegan finalmente el equilibrio, el cual ha estado guardado como daga de doble filo, en mi arca. Allí ha soñado sobre terciopelo rosa cerca del capullo, arrebujada en mullidos pliegues satinados, plácida, disfrutando la hora en que el trino de las aves anuncia la alborada.

El agua sutilizada, vaporosa, se yergue sobre las formas para hacerse uno con el éter. Estrujo entre mis dedos el papel donde leo tu mensaje, me queman las palabras que me ofreces, disueltas se adhieren a mi intimidad y allí sublevan mil instintos. Se estremecen mis cimientos férreos, todo el edificio tambalea. Frases envalentonadas con su vida propia, generadas en intenso fuego, están empeñadas en liberar al ángel o al demonio, a la Noche o al Día que viven como cadena eterna en el cuello de las almas prisioneras.

La nostalgia solloza lágrimas resaladas que vienen a agregar más sal a una mar brava que azota con furia el maderamen de mi barca. ¡Qué espera más infame, que maniobra más lenta! El ancla detiene la partida del navío como parte de un infierno, sufrido allá, en esa playa blanca donde lloran las palmeras y su llanto se escurre por mis entrepiernas.

¿En qué momento ha ocurrido el trueque? ¿En qué momento se desfondó mi piso? ¿En qué momento se deslizó mi piel? ¿En qué momento dejé ver mi desnudez? Si, es cierto, la pasión hay que conservarla. .. pero duele degustarla en los días de nostalgias como lo insinúas. Esa llama intensa lacera mis sentidos y ahoga mis sueños en profundo pozo... Atrofia monstruosa una o varias vidas.

Alguien observa dolido. Se mira las manos. Aguza el oído. En la oscuridad ve bailar unas sombras más allá de su ventana. Identifica a dos, hamacándose lentamente en la ceiba del solar. Ondea una cabellera. ¡No, sus manos no están húmedas! Su ropa esta intacta, no se ha desvestido aún, pero la carta si está en la mesita de noche. Afuera la ceiba mece su ramaje como cópula de amantes y su sombra se marca en los muros de esa habitación.

¡Malvado ese sueño repetido! Perdóname, así lo creo ...."...pretendo querer constantemente lo que creo."

Siempre tuya.






Ana L. Montoya R.

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