martes, 15 de julio de 2008

Un mensaje realmente conmovedor


Hace algún tiempo publiqué, como editor, el libro de un autor que se llamaba
Héctor Parra Pereiro, de Bizkaia.
Cuando publicas a alguien muchas veces desconoces las circunstancias personales
que rodean al autor.
Ahora me llega este mensaje, enviado por un amigo de él, que realmente me ha
conmovido y que me parece oportuno difundir en homenaje a Héctor, al cual no
tuve ocasión de conocer personalmente.
Hay gente que se ahoga en un vaso de agua y se queda estancado contemplando el
vuelo de una mosca mientras se queja o le echa la culpa a los demás. Héctor no.
A pesar de todas sus limitaciones luchó por realizar sus sueños. Un ejemplo a
seguir ya que, al menos, consiguió realizar uno de ellos y me siento orgulloso
de haber contribuido con mi pequeño granito de arena. Un ejemplo a seguir.

"Buenos días. Mi nombre es Alexander Mendoza Durán y quería comunicarme con
usted para comentarle que el escritor de uno de sus libros, Hector Parra
Pereiro, murió hace un par de semanas y quería desde aquí agradecerle que
editaran su obra por que es algo que le hizo mucha ilusion; de hecho él siempre
decía que era escritor, ya se sabe, la orgullosa mentalidad de los 20 años.
Quiero agradecerle desde aquí su trabajo ya que usted sin saberlo participó en
la consecución de un sueño de este que puedo llamar orgullosamente amigo.
Ya que no me conoce, me presentaré. Soy el dibujante de la portada del libro,
(que por cierto si llego a saber que el tamaño era mayor lo habría hecho mucho
mejor).Yo era monitor de Hector en una asociacion de espina bifida de Bizkaia.
Cuando le conocí, él tenía 16 años y una rara enfermedad que sólo se reproduce
en uno de cada 100.000 habitantes llamada Ataxia. Esta enfermedad le iba
apagando como una vela, hasta atraparle en una silla de ruedas mientras sus
musculos se atrofiaban, pero esto no se lo digo para que sienta pena, al revés,
se lo digo para que sepa de la fuerza que poseía ya que fue capaz de lograr
cosas maravillosas como enamorarse, como reír con sus amigos en un instituto
interno, como volar sin levantarse de su silla de ruedas sólo con su
imaginacion. Con su palabra logro encandilar a muchas mujeres que le amaron en
el sentido más humano posible y atrapó en su corazón un pedazo del mío que es el
que me obliga con placer a
darle las gracias, por que sin usted Héctor hubiera podido ser feliz, pero
tendría una sonrisa menos con la que bañar su rostro.

Gracias de corazón Fernando Luis Pérez Poza, Gracias por permitir que haya gente
con una sonrisa más."

Alexander Mendoza Durán