jueves, 30 de abril de 2009

La memoria que sana

«… cuando ese sentimiento [de lo onírico] cesa es cuando comienzan los efectos patológicos, en los que ya el sueño no restaura, y cesa la natural fuerza curativa de sus estados»: Federico Nietzsche


Soñar es un oculto resplandor,
una ida al templo en cotidiano rito de reposo.
Este quehacer de la noche, me cita con la luz
y el Dios del Sol, que es vida cósmica.

Voy a restaurar mi sueño en esta edad sin círculo.
Cuando no haya más luna que el alarde de los cuerdos
que se disfrazan de falaz coherencia, sin lógica
que les justifique ni en el alma ni en la carne,
voy a invocar a Apolo, dios del arte.

Me uniré a la bacanalia de la noche
con mis hermanas que invocan a Dioniso.
Tendré, por llave hacia sus puertas,
dos sueños de los míos, el más solar
y el más nocturno.

Restauraré esa memoria
(porque los sueños se apagan por insuficiencia
de amor y gratitud con el mundo, por resignados
que estamos a la prudencia tonta y al no ser comunicantes) .

Voy a desatar los ríos del rico plasma etéreo
cuando sueñe esta noche.
A mi memoria bajaré como a un abismo
y pediré visiones y metáforas y símbolos
y las gloriosas sonajas, o las sutiles voces,
esa vida suprema, esa intensidad del espíritu
que no engaña por capricho.

Códigos tiene que son eternos, subterráneos,
primiciales. Bruta abundancia, quizás.
¡Dejad que el soñador haga su parte y no olvide!
pues el sueño es sincero y se posiciona fielmente
en su noche, te engancha y no encubre del todo
las urgencias básicas de lo real.

3-11-2000 / De El hombre extendido


Carlos Lopez Dzur

martes, 21 de abril de 2009

NUNCA ACABADA (Carta Privada)

Carta Privada No. XT-1a


Nunca vienes acabada,
siempre traes algo nuevo a mis sentidos;
en un placentero convite de sexos diferentes
que se atraen como imanes .

Poeta lejano.



Una atracción… ¡Miles…! Flor de mágico color, corola abierta,
excitante y excitada, suplicante. Mi yo genuflexo mirando a su Sol. El
Vientre Universal exclamando que en su interior se gesta un ser
llamado libido.

Llama con angustia, pide, muere.

¡Qué vacío!

Las rosas no han llegado y mi jarrón las ansía. El agua se desborda y
frente a mí se yergue sensual la imagen de un hombre a punto de
posesión, pero un ciclón lo atrapa en la embestida y quedan los
anhelos a punto de bocado. Hay un embrujo que viene desde antiguo que
no permite concluir ese encuentro. He querido derribar una muralla y
entre más la he golpeado más altanera se me enfrenta.

¡Qué dolor!

Sangran mis manos y, mis brazos se rehúsan a quedar en paro. Quieren
conservar el brío para agarrar al corcel que propicie un viaje
placentero. Mis piernas están listas para apuntalarse en sus estribos,
amplia grupa, jinete y montura, fundidos.

¡Ah!

Allégate a mis mágicos senderos. Encontrarás ocasos de luces rosas, y
sombras que estimularán cada parte de tu cuerpo con masajes de
albahaca y romero. Disfrutaremos ese viaje. Hay en esa vía, grutas,
montes, valles, una fuente de agua cristalina. Jardines de gozo te
recibirán y al final, con respirar cadencioso oiremos la canción de la
noche, viento meloso, tocando los cristales de la ventanita de cuarto,
como campanas gritando aleluyas.

Una voz dirá entonces,

“Todo se ha consumado, son un solo y único Universo".


Siempre tuya.

Ana Lucia Montoya R.


Ana Lucía Montoya Rendón